Especialistas concuerdan que la criminalidad es el principal factor que enfrenta la minería y la sociedad en general3 min lectura

GĚRENS

Especialistas concuerdan que la criminalidad es el principal factor que enfrenta la minería y la sociedad en general3 min lectura

El clima de inseguridad que vive nuestra sociedad afecta también al sector minero. La criminalidad en el sector minero puede tener diversas influencias negativas, tanto en las empresas como en las comunidades circundantes y en la economía peruana. Esa fue una de las principales conclusiones del conversatorio “Minería en el Perú: lecciones aprendidas, retos y oportunidades” organizado por la Escuela de Posgrado GĚRENS,.

 

La cita reunió a distinguidas personalidades del sector como Augusto Baertl, CEO de importantes empresas mineras; Daniel Hokama, quien ha sido siete años ministro de Energía y Minas y Víctor Gobitz, CEO de Quilla Resources.

 

Durante su participación, Baertl coincidió que vivimos una grave crisis como país. Indicó que si bien es cierto la macroeconomía está estable, la productividad sigue estancada, e incluso estamos perdiendo capital humano con la fuga de jóvenes profesionales.

 

“A diferencia de la década de los noventas hoy no sufrimos un terrorismo subversivo, pero actualmente sufrimos la ilegalidad y también en criminalidad”, manifestó. Agregó que la delincuencia lamentablemente viene tomando el control, llevando su influencia incluso a poderes del Estado.

 

Explicó que el principal problema es la criminalidad, que actúa a través de la extorsión, el crimen y el sicariato en todos los sectores de la sociedad. En minería, comentó el ejemplo de Minera Poderosa que constantemente sufre atentados y un clima de terror generado por delincuentes que afectan directamente a la operación minera.

 

Recordó que el sector minero también sufrió el efecto del terrorismo en los noventas, especialmente en la exploración minera, dado que era muy peligroso para los geólogos viajar a zonas alejadas con mucha presencia del terrorismo y ausencia del Estado.

 

“Nuestro principal reto como país es derrotar la criminalidad. Tenemos muchos recursos que explotar pero no podremos hacerlo por el crimen. Debemos lograr que el Estado entienda y se comprometa con este problema. Los partidos deben buscar una alianza para combatir este flagelo”, subrayó.

 

Por su parte, el exministro Daniel Hokama, sostuvo que el terrorismo de los noventas fue combatido por un Estado que tomó la decisión de hacerlo con firmeza y por ello logró vencerlo. “El Gobierno debe asumir el liderazgo para derrotar a este neo-terrorismo”, acotó.

 

Asimismo, remarcó que en esta coyuntura, además del liderazgo del Estado, desde el sector privado todos tienen un rol que cumplir, en especial las instituciones de la sociedad civil y la academia.

 

A su turno, el ingeniero Gobitz recomendó que para superar estos problemas “todos debemos comprometernos”. Indicó que no ganamos nada adjetivando y agraviando a partir de nuestras preferencias políticas que ahondan la polarización.  También mostró su preocupación por la escasez de nuevos proyectos mineros emblemáticos como Antamina, Cerro Verde y Quellaveco en la cartera de proyectos. “Debemos dejar de pensar en otro Antamina. Ese hito se dio gracias, entre otras cosas, al alto contenido metálico del yacimiento.  Hoy, las tecnologías permiten explotar minas de menores leyes”, explicó.

 

Para concluir, señaló el caso de Cajamarca, región con un alto potencial minero que necesita de infraestructura compartida (concentraducto, planta, relavera u otros), pues esto haría viable desarrollar grandes proyectos que están relativamente cerca como Galeno, La Granja, Michiquillay, entre otros.

 

En síntesis, la relación entre la minería y la criminalidad en Perú está marcada por la presencia de minería ilegal, la violencia vinculada al control territorial por parte de grupos criminales y el impacto del narcotráfico. Sin embargo, la minería formal también enfrenta desafíos sociales y ambientales que deben ser abordados con políticas claras, transparentes y sostenibles para reducir los riesgos de inseguridad y fomentar el desarrollo sostenible. Conseguir revertir estos problemas es tarea de todos.