Industria del cobre podría añadir 10 años de producción con tecnologías de lixiviación de sulfuros2 min lectura
Como segundo mayor productor de cobre, el Perú tiene la oportunidad de satisfacer parte de la demanda mundial de 36.6 millones de toneladas esperada para el 2031 y así reducir el déficit estimado de 6.5 millones de toneladas para el mismo año, de acuerdo con Alfonso Tejerina, director y gerente general de Global Business Reports.
Sin embargo, en el Jueves Minero «El riesgo de la oportunidad perdida» organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, cuestionó que la producción nacional de cobre continúa sin experimentar cambio significativo alguno desde hace cinco años aproximadamente, posicionándose por debajo del promedio anual de 2.5 millones de toneladas.
Para el experto, resulta preocupante que la oferta cuprífera peruana no haya escalado lo suficiente en el período 2018-2022, tal como sí sucedió cuando la producción se duplicó en el periodo 2012-2017, pese a que las inversiones mineras totalizaron cerca de US$ 26,000 millones en el último lustro y el precio de metal cobrizo bordeó los US$ 9,000 el año pasado.
En ese sentido, advirtió que el Perú tiene un futuro incierto como productor de cobre ante la falta de operaciones mineras nuevas posteriores a Quellaveco, la aparición súbita de República Democrática del Congo como tercer proveedor minero en el mundo y la posible sustitución del recurso por el aluminio para la fabricación de tecnologías en el largo plazo.
Y si bien la producción nacional de cobre fue afectada por la pandemia, remarcó que principalmente jugaron en contra el ruido político y las protestas sociales, que fueron expresadas en la designación de siete presidentes y dieciocho ministros de minas en un lapso de seis años y en la paralización de yacimientos importantes como Las Bambas y Cuajone.
Oportunidades para el incremento de la producción
Bajo este escenario, Alfonso Tejerina propuso para el aumento de la oferta minera emplear nuevas tecnologías, como la lixiviación de sulfuros, la cual podría añadir hasta 10 años de producción de cobre adicional a los niveles actuales; o la automatización de procesos, la cual logró elevar la producción de cobre de Escondida (Chile) en un 5%, según BHP.