MINERÍA: PLAN PAÍS4 min lectura

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MINERÍA: PLAN PAÍS4 min lectura

Por: Guillermo Vidalón, Comunicador Social especialista en la Industria Extractiva

 

Los Planes Países se construyen en función al potencial que dispone cada nación, si un país carece de recursos naturales tiene que buscar la solución a sus problemas (pobreza o el desafío periódico de la naturaleza o ambos) en función al desarrollo de las competencias de su recurso humano, tal como lo hace Japón.

 

Sin embargo, los países que disponen de la abundancia de recursos naturales tienen un hándicap a favor, por lo tanto, deben ponerlos en valor para financiar el fortalecimiento de las competencias de sus pobladores. En el caso del recurso hídrico, el Perú ocupa el octavo puesto entre los países con mayor disponibilidad de agua del mundo.  Aproximadamente, el 97% del agua fluye por los ríos amazónicos hasta desembocar en el océano Atlántico; la cuenca del océano Pacífico representa el 2.5 por ciento y el lago Titicaca el 0.5 por ciento.  Del volumen total de agua disponible, el consumo humano directo y todas las actividades económicas que realizan las personas representan alrededor del uno por ciento, es decir, que el 99 por ciento del agua dulce disponible no es aprovechada.

 

Hay quienes formulan cuestionamientos a la inversión de capitales indicando que el Perú es vulnerable al cambio climático, efectivamente, pero esto sucederá más allá de la voluntariedad de nuestras autoridades, presente o futuras. O, ¿alguien imagina que los países que generan un mayor impacto ambiental van a suspender sus actividades económicas por el Perú?

 

El país tiene que generar riqueza a través de su potencial geológico y las competencias de sus pobladores para mitigar el eventual impacto climático en la población. Por ejemplo, construir infraestructura hídrica para trasvasar agua de la cuenca amazónica hacia la cuenca occidental para irrigar los campos desérticos y alimentar la napa freática del subsuelo costero, porque es en la costa que radica más del 60 por ciento de los habitantes.

 

La pretendida asociación de las consecuencias del cambio climático a cualquier actividad económica suele ocultar una posición anti inversión, en particular, en contra de la actividad minera.  Hay quienes inventan términos, frases, y los llenan de contenidos en función a sus propias agendas, como que en cabeceras de cuenca se debe evitar el desarrollo de la principal actividad económica del país; sin embargo, guardan silencio y no realizan ningún activismo en contra de la minería ilegal ¿por qué?

 

Expresan que existe sobre explotación de los acuíferos costeros, pero de suceder, la mejor manera de contrarrestarlo -sin afectar a ninguna actividad, en especial a la agricultura y la ganadería- es promover el trasvase de agua de una cuenca a otra. Para lo anterior, también se necesita generar recursos económicos.

 

Por otro lado, señalan que las actividades extractivas en la Amazonía ponen en riesgo la cobertura forestal, a los pueblos indígenas quienes protegerían el ambiente. No obstante, las principales actividades que atentan contra el ambiente en la amazonia son la delincuencia que aprovecha la tala de la madera sin un manejo racional del bosque, el narcotráfico que requiere de mayor espacio para sembrar la hoja de coca y la minería ilegal ¿acaso no es más conveniente el desarrollo de actividades formales que cuentan con una regulación y supervisión adecuadas? o hay quienes optan por los beneficios económicos procedentes de las actividades ilegales.

 

Asimismo, hay quienes expresan que el Convenio 169 de la OIT genera confianza en las poblaciones nativas y seguridad para las inversiones. Empero, más allá del romanticismo, mientras no dispongamos de mayores recursos económicos para financiar obras de infraestructura que garanticen la disposición de agua potable para el consumo humano y las demás actividades económicas, no se podrá transformar el desierto en campos productivos que aporten una despensa alimentaria lo suficientemente proteica y calórica, tampoco se dispondrá del saneamiento adecuado que permita el tratamiento de aguas residuales, evitando la contaminación de aguas superficiales y subterráneas.

 

En el mismo sentido, careceremos de vías de comunicación que fomenten la interculturalidad entre peruanos, sea que hayan nacido en la costa, la sierra o la selva. Sin estas condiciones, hablar de economías sostenibles se convierte en un buen deseo, en un discurso atractivo, persuasivo, pero sin alcanzar logro alguno para la población en situación de vulnerabilidad.

 

En cambio, la minería representa empleo digno, reducción de la pobreza, integración social, sinergia entre las actividades económicas y la posibilidad de empezar o concretar un verdadero Plan País.

 

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