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Perú: La paradoja de la abundancia y el estancamiento económico4 min lectura
Por Jimmy Pflucker, empresario minero y principal accionista de Minera Paltarumi
El Perú es un país con una riqueza excepcional, nuestra diversidad geográfica, nuestra historia milenaria y nuestra gente emprendedora que se sobrepone a todo tipo de circunstancias, nos han convertido en un referente global. Con vastos recursos naturales y una ubicación estratégica, el Perú posee todos los elementos para un crecimiento sostenido y una mayor prosperidad. Sin embargo, la pregunta persiste: si contamos con tanto potencial, ¿por qué no crecemos como deseamos?
A diferencia de las potencias asiáticas y nórdicas, que lograron transformar su desarrollo a partir de estrategias sólidas, estabilidad institucional y políticas de largo plazo, el Perú enfrenta problemas estructurales que frenan su avance.
El lastre de la inestabilidad política y un sistema de justicia debilitado
Uno de los factores más críticos es la inestabilidad política, alimentada por un sistema de justicia que no garantiza previsibilidad ni confianza. El Ministerio Público y el Poder Judicial, lejos de ser pilares sólidos del Estado de derecho, operan en un entorno de incertidumbre y discrecionalidad que convierte la política en un espacio inestable.
Este escenario disuade la participación de profesionales y técnicos calificados en la política, ya que ser parte de la administración pública implica el riesgo de ser objeto de persecución judicial, denuncias arbitrarias o investigaciones politizadas. A nivel empresarial, esta falta de seguridad jurídica también desalienta la inversión, ya que los empresarios temen ser involucrados en procesos judiciales interminables que afectan la reputación y el logro de sus objetivos.
El impacto es devastador: sin confianza en las instituciones, la inversión se paraliza, el crecimiento económico se frena y la generación de empleo se ve afectada.
El sistema judicial como eje del desarrollo económico
Restablecer la confianza en la justicia es una tarea urgente. Los países que han logrado atraer inversión y mantener estabilidad económica han construido sistemas judiciales eficientes, transparentes e independientes. En Estados Unidos, Europa y Asia, la justicia actúa como un garante del orden y la estabilidad, permitiendo que la economía prospere sin interferencias.
En contraste, la percepción de un sistema judicial débil y corrupto genera inseguridad jurídica, impactando especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que representan el 80% del empleo en el país. Además, esta situación afecta a los capitales extranjeros, que buscan mercados con reglas claras y garantías sólidas.
Minería y formalización: Un motor de crecimiento subutilizado
La minería es uno de los pilares económicos del Perú, pero su verdadero potencial solo podrá materializarse con una política integral que fomente la formalización de la pequeña minería. La falta de incentivos claros y la excesiva burocracia han llevado a que miles de pequeños mineros operan en la informalidad y pierdan oportunidades, privando al Estado de recursos fiscales y siendo víctimas de la inseguridad y la competencia desleal.
Para desbloquear este potencial, se requiere un marco legal adecuado, una regulación eficiente y un sistema de justicia que garantice el cumplimiento de contratos y normas ambientales sin trabas innecesarias.
Hacia un nuevo milagro económico: Claves para el desarrollo
Si el Perú aspira a alcanzar su verdadero potencial, es fundamental trazar una agenda clara y ejecutar reformas estructurales que sienten las bases para un crecimiento sostenible. Entre las prioridades destacan:
- Reforma judicial: Garantizar procesos eficientes, imparciales y predecibles para restaurar la confianza en las instituciones.
- Infraestructura y conectividad: Invertir en desarrollo vial y digital para mejorar la competitividad de las regiones.
- Educación y capital humano: Fortalecer la formación técnica y profesional para responder a las demandas de un mercado globalizado.
- Diversificación productiva: Ampliar el éxito de la minería hacia sectores estratégicos como la agroindustria, la tecnología y la manufactura.
- Gestión sostenible de recursos: Integrar la minería y la energía en una estrategia de seguridad económica y ambiental.
- Alianzas estratégicas: 6.Fomentar la cooperación entre el Estado, la empresa privada y nuestras instituciones tutelares para garantizar estabilidad y desarrollo.
En suma, el Perú tiene una oportunidad histórica para consolidarse como una potencia regional. Pero para lograrlo, es imperativo fortalecer su sistema de justicia, garantizar estabilidad política y promover un modelo de desarrollo basado en reglas claras y equitativas.
Un Estado de derecho sólido es la clave para atraer inversiones, generar empleo y proyectar al país hacia un futuro con mayor bienestar para todos. El desafío está en nuestras manos: decidir si seguimos atrapados en la inercia o damos el paso necesario para despegar y crecer sostenidamente.